
Cuenta la historia que un día del año 1709 una sencilla mujer estaba lavando su ropa en las orillas del Lago de Maracaibo, cuando repentinamente vio flotando una tablita de madera fija que recogió pensando que le podría ser útil para tapar la tinaja de agua que tenía en su casa.
Mientras hacía labores de limpieza en su hogar, María Cárdenas escuchó unos golpes como si alguien estuviera llamando a la puerta. Al levantar la vista quedó anonada al ver que la tablita brillaba y aparecía en ella la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Por tal motivo, la mujer comenzó a gritar !Milagro! !Milagro!.
La casita donde vivía María, pertenecía al famoso barrio «El Saladillo» (derribado por órdenes de Rafael Caldera en 1970); y al destruirse esta importante barriada, se destruyó también la humilde vivienda donde La Chinita apareció.
En la actualidad donde una vez estuvo el hogar de María Cárdenas se encuentra un monumento gigante de la Señora del Rosario de Chiquinquirá, patrimonio de devoción y fe de todos los marabinos en honor a su Santa Patrona.
A ella se le conoce como «La Dama del Saladillo», porque un día decidió vivir entre los pobres, mulatos, negritos, artesanos; y los sirvientes de los amos blancos de la Plaza Mayor.
Feria de la Chinita: Devoción y fe
La Feria inicia el 17 de noviembre con el alumbrado de la avenida Bella Vista de Maracaibo, y al caer la noche, en diferentes puntos de la ciudad, se realizan los populares y tradicionales amaneceres gaiteros y maratónicos conciertos que duran hasta la madrugada.
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El 18 de noviembre se inician las fiestas patronales en honor a la virgen, porque fue la fecha donde apareció en una tablita en el año de 1709. Durante su bajada miles son las rosas que adornan a la patrona de los marabinos.
Devotos de todas partes del mundo llegan a adorarla. Colaboradores de distintas organizaciones se suman a los preparativos de tan especial día, previo a la salida de La Plazoleta de la Basílica de Chiquinquirá es ofrecida una eucaristía presidida por las autoridades religiosas quienes junto a la ciudadanía la veneran.
Adicionalmente La Virgen Morena desciende de un tobogán de más de 60 metros. En las afueras de La Plazoleta de la Basílica distintas agrupaciones denominadas «Los chiquinquireños» se unen en una sola voz en una serenata donde le cantan las mejores gaitas zulianas dedicadas a ella como muestra de devoción y fe.
Reliquia de La Virgen Morena
La reliquia es adornada con diversos motivos que varían cada año, los joyeros son los encargados de limpiar su corona de oro para que luzca como toda una reina.
Una vez que ha dejado su nicho y ha recibido las oraciones manifestadas en gaitas, La Chinita sale en procesión cargada en los hombros de los servidores de María visitando los diferentes sectores de Maracaibo.
El día domingo realiza un recorrido por los diferentes pueblos del Lago de Maracaibo. Para los zulianos la Virgen de Chiquinquirá siempre está presente y es por esta razón que se encomiendan a ella a diario como una advocación mariana donde la fe no tiene límites.
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